En la democracia participativa decimos con frecuencia que cada uno es un voto, y que es él quien habla de nuestros destinos en las urnas. Bueno, tendríamos que analizar qué tipo de voto habla de destinos. En principio yo nunca he emitido un voto parlante, en todo caso para un partido y en referencia a un programa político que he creído razonable para la sociedad. De hecho los votos que si hablan claro y por escrito son los formulados en referéndum, que por norma suelen preguntar sí o no. Sin embargo esta participación ciudadana que significa emitir un voto, a veces es utilizada para fines no tan democráticos.
Hemos dicho que los votos emitidos en las urnas servirían para un destino que se nos ha prometido a través de unos políticos profesionales ( de la siesta ?). Para el ciudadano de a pie y en el momento de ejercitar su voto es como si el mismo tuviera la llave de la puerta del destino en sus manos. Mi voto cambiará el mundo. Pero su voto es un solo voto silencioso, que se unirá a otros para llegar a un número determinado que ganará o no unas elecciones, pero nunca llegará a ser una aspiración propia y personal o comunitaria y participativa debatida y refrendada por todos aquellos que votan lo mismo o no, simplemente porque han delegado una confianza en terceros expertos en la mentira y la dejadez. Y así nos va, solo hay que observarlos.
Una vez realizadas las elecciones viene el segundo problema, todos los partidos han ganado, sabemos lo que nos han programado en sus políticas, pero no sabemos quiénes serán los ciudadanos que nos representen a excepción de los primeros conocidos de la lista que se hartan de salir por TV, los demás aparte de no conocerlos, sabemos que están muy lejos de donde vivimos nosotros y difícilmente podremos acceder a su presencia. Por tanto ahí ya se crea otro problema, el político en general siempre estará alejado de nuestra realidad, de nuestras preocupaciones o problemas, ya tendrá suficiente con los suyos y grandes según parece.
Bueno el siguiente problema es que cuando se gobierna hay que mandar y legislar y los políticos se erigen en nuestros representantes legítimos, que para eso han sido votados. Sin embargo y otra cosa es lo que en principio estaba integrado en un programa político de intenciones y otro cuando caen en la cruda realidad del poder. En este punto la participación ciudadana debe estar en punto muerto y silenciada su acción reivindicativa. No se deben oír voces discordantes con los que mandan, legislan y no consultan a nadie antes de decidir nuestro destino. A partir de ese momento nos mentirán continuamente y nos destrozaran las pocas ilusiones que habíamos puesto en ellos.
Y aquí el bipartidismo está de acuerdo hasta tal punto que podrían ir de la mano PPSOE, que además financian a los medios de comunicación afines para hacer creer que existe una gran diferencia en sus políticas, cosa del todo falsa pues siempre se repiten en las mismas cosas y solo entran en personalismos de liderazgo para distraer al personal.Y entonces recordamos el destino que nos habían prometido, y que no es el que nos están dando, que todo gira en torno a ellos.
Y nos están prohibiendo protestar lícitamente, obligando a actuar a la policía como si fuésemos delincuentes por expresar nuestra disconformidad con su modo de actuar. Nos limitan nuestras acciones en casa, en el trabajo, en la calle, nos ponen cámaras de vigilancia para que nos salven de los maleantes (sic), nos dan un DNI con chip para saber siempre dónde estamos, nos aumentan los impuestos, nos bajan los sueldos, nos recortan la calidad de la sanidad y de la enseñanza, es decir lo hacen todo al revés de lo que decían en su programa y en sus propios estatutos como partido y por supuesto violando flagrantemente la Constitución.
Y nos están prohibiendo protestar lícitamente, obligando a actuar a la policía como si fuésemos delincuentes por expresar nuestra disconformidad con su modo de actuar. Nos limitan nuestras acciones en casa, en el trabajo, en la calle, nos ponen cámaras de vigilancia para que nos salven de los maleantes (sic), nos dan un DNI con chip para saber siempre dónde estamos, nos aumentan los impuestos, nos bajan los sueldos, nos recortan la calidad de la sanidad y de la enseñanza, es decir lo hacen todo al revés de lo que decían en su programa y en sus propios estatutos como partido y por supuesto violando flagrantemente la Constitución.
Y es que hemos olvidado que al votar al político de turno de tal o cual partido, estamos votando a la dictadura del dinero, de los especuladores, lobbys, magnates, reyes y banqueros, que conforman lo que llamamos mercados; y que son estos los que dan vida a los políticos para que les controlen a los vasallos de cada país. No nos engañemos, nadie entra en política si no es por dinero y a cambio de que los súbditos malvivan, inventándose que ellos son los salvadores de las crisis y los defensores de la patria.
Como es posible que más de 300.000 familias no solo se vean en la calle, sino que además deben pagar por una casa que no tienen en razón a una hipoteca ilegal. Y los políticos hacen una Ley para promover una dación de las viviendas, que no sirve para nada cuando los bancos siguen reclamando dinero, o seguros ilícitos que se hicieron a escondidas y la gente se ha quedado deudora de por vida. Y cuidado la constante amenaza de que el ciudadano acabará en los tribunales. Hay temas insostenibles:
Como es posible que se haga una reforma laboral en nuestro país que perjudica claramente al trabajador en sus derechos laborales, que los convierten en precarios, que le alargan la jubilación, que no sabe si cobrará. Y que los sindicatos organicen una huelga general para decir que bueno, “que se han pasado”, y ahí se queda eso. Vaya sindicatos, como presionan las subvenciones del estado y los tienen bien atados. En realidad siempre piensan en el trabajador pero....
Bien y que más, porque el problema no se ha solucionado, sino que todo ha empeorado. Los pequeños empresarios no soportan más presión fiscal, ni pueden crear más empleo porque no hay trabajo ni consumo. Entretanto las grandes compañías echan a la calle a la gente como churros y que vayan al paro, cuando estas tienen beneficios de sobra porque diversifican en otros países sus riesgos.
Y entre tanto los políticos miran para otro lado, como aquel que no le va la cosa, que esos problemas no son suyos. Pero no quedamos que gobernaban para el ciudadano, como pueden dejarlo tan desvalido y sin recursos, pues muy sencillo su participación ciudadana es 0 y además tienen que callar y aguantar porque si no será peor.
A todo esto tenemos movimientos y organizaciones ciudadanas que poco a poco se han dado cuenta de los problemas, probablemente porque muchos de sus asociados o participes sufren en carne viva cualquiera de las injusticias que hemos mentado. Otras comunidades han creado redes sociales en internet para canalizar esfuerzos y recursos humanos y materiales, a la vez que reflexionan sobre todo lo que sucede en esta dictadura del dinero y buscan formulas alternativas, y que personalmente creo que irán cambiando la sociedad desde la base, porque la fuerza del poder del dinero es la bruta, es la del consumo ilimitado, es el de la caducidad de los productos, pero la inteligencia emocional que se está usando en esta oposición es garantía de un cambio radical de esta sociedad actual ya caducada, implantando nuevos valores que conducirán a nuevas formas más humanas de participar en la sociedad. Estamos en el nacimiento de una nueva Comunidad Insumisa al sistema dictatorial de hoy.
Jordi M.
Jordi M.
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